2026 trae consigo una reforma fiscal que, aunque no sube el IVA ni crea un impuesto nuevo “para todos”, sí pretende recaudar más a través de mayor fiscalización, recargos más altos y ajustes sectoriales.

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De acuerdo con la versión oficial, estas medidas buscan combatir la evasión fiscal, las empresas fantasma y el lavado de dinero, mediante inspecciones más estrictas, nuevos gravámenes “saludables” e impuestos más altos para ciertos sectores.

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Para las instituciones financieras en general (incluyendo bancos, arrendadoras y sociedades financieras) esto no es ruido de fondo. La reforma pega directo en tres frentes: costo fiscal, riesgo de cartera y cargas de cumplimiento. Ignorarla es regalarle ventaja a los competidores que sí se preparen.

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1. Lo que trae la Reforma fiscal 2026

La reforma aprobada para 2026 modifica principalmente la Ley de Ingresos de la Federación, el Código Fiscal de la Federación (CFF) y la Ley del IEPS, entre otras disposiciones.

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Los cambios más relevantes para el ecosistema financiero son:

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a) Más poder para el SAT

El SAT tendrá mayores facultades para revisar contribuyentes, cancelar CFDI y restringir el uso del RFC cuando detecte operaciones irregulares o contribuyentes “fantasma”. Se endurecen las reglas y los plazos para la cancelación de comprobantes digitales y el manejo del RFC, lo que aumenta el riesgo de que empresas aparentemente sanas queden de un día para otro con su operación fiscal bloqueada.

Además, se refuerzan las sanciones penales para quienes emitan, vendan o usen CFDI sin operaciones reales, con penas de hasta varios años de prisión.

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b) Recargos y créditos fiscales más caros

Las tasas de recargos por pagos extemporáneos y convenios en parcialidades aumentan. En términos simples: si un contribuyente se atrasa o entra en un esquema de pago diferido con la autoridad, el costo financiero de ese retraso será mayor que en 2025.

Para una PyME con flujo ajustado, esto puede significar menos margen para cumplir simultáneamente con el fisco y con sus acreedores financieros.

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c) IEPS y “impuestos saludables”

La miscelánea fiscal y el Paquete Económico 2026 apuestan por incrementar la recaudación vía IEPS, en particular en productos como bebidas azucaradas, tabaco, juegos, sorteos y otros consumos considerados de riesgo para la salud o el entorno social.

Este tipo de cambios no solo impacta a productores y comercializadores; también altera el perfil de riesgo de cadenas completas que dependen de esos sectores.

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d) Ajustes específicos al sector financiero y plataformas

Para instituciones de crédito y algunos intermediarios financieros, se proponen cambios como:

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- Incremento en la tasa de retención sobre intereses que aplican las instituciones financieras a sus clientes.

- Limitaciones a la deducibilidad de ciertas cuotas, como las que se pagan al IPAB.

- Reglas más estrictas para la deducción de créditos incobrables, eliminando tratamientos especiales que tenían las instituciones de crédito.

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En paralelo, plataformas digitales y modelos de financiamiento colectivo tendrán nuevas obligaciones de retención y entrega de información, con la intención de que el SAT tenga acceso prácticamente en tiempo real a los datos de operaciones.

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2. Qué significa todo esto para los clientes a los que das financiamiento

Si otorgas crédito, arrendamiento o líneas de financiamiento a PyMEs, la Reforma fiscal 2026 te cambia el tablero de juego en varios niveles.

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a) Clientes con menos margen de error

Más recargos, más IEPS y mayor vigilancia implican menos espacio para retrasos y errores fiscales. Una PyME que acumule adeudos con el SAT, recargos altos o problemas de CFDI puede ver comprometido su flujo muy rápido, aumentando tu riesgo de morosidad.

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b) Mayor probabilidad de “sorpresas” con clientes aparentemente sanos

Con facultades ampliadas para cancelar CFDI o cuestionar el RFC, el SAT puede afectar a empresas que venían operando “al límite” con sus proveedores o esquemas de facturación. Si tú no tienes visibilidad sobre esos riesgos, podrías seguir financiando a un cliente justo cuando su nivel de exposición fiscal está en máximo.

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c) Más exigencia en documentación y trazabilidad

Los reguladores y auditores van a esperar que las instituciones financieras puedan demostrar que hicieron debida diligencia fiscal y jurídica, no solo análisis financiero. Eso incluye:

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- Revisar situación fiscal, listas negras y patrones de facturación.

- Entender estructura societaria, cambios de socios y posibles vínculos con empresas sancionadas.

- Documentar todo en expedientes trazables y actualizados.

- Seguir basando el proceso en capturas de pantalla, búsquedas manuales y archivos dispersos es receta segura para problemas en una revisión.

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3. Cómo prepararte en los próximos 12 meses

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La buena noticia: todavía hay tiempo de ajustar tu operación antes de que la reforma se convierta en dolores de cabeza.

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1) Actualiza tu modelo de riesgo

Incorpora variables fiscales y jurídicas en tu evaluación de clientes:

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- Exposición a sectores afectados por IEPS u otros cambios.

- Historial de cumplimiento fiscal y posibles antecedentes en listas de riesgo.

- Complejidad y opacidad de la estructura societaria (cambios frecuentes de razón social, socios repetidos, etc.).

- Define también criterios de no aceptación: perfiles que, por su riesgo fiscal o reputacional, no financiarás aunque el estado financiero sea aparentemente sólido.

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2) Estandariza tu debida diligencia

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Pasa de tener “checadores expertos” a procesos repetibles:

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- Checklists claros de documentos y verificaciones por tipo de producto.

- Revisión obligatoria de fuentes oficiales (SAT, listas negras, registros públicos, noticias).

- Expedientes digitales ordenados por cliente y por operación, con fecha y evidencia de cada consulta.

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Esto no solo reduce el riesgo, también facilita la vida del área de negocio cuando necesita justificar decisiones de crédito ante comités o auditorías.

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3) Implementa monitoreo continuo

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La debida diligencia no puede ser solo de entrada. Para clientes relevantes:

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- Define frecuencias de revisión según su nivel de riesgo.

- Activa revisiones extraordinarias cuando haya incrementos de línea, reestructuras o noticias negativas.

- Conecta estas revisiones a tus procesos internos de alertas tempranas y clasificación de cartera.

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4. Cómo puede ayudar ekatena en este nuevo entorno

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La Reforma fiscal 2026 pone en clara ventaja a quienes cuentan con información sólida y actualizada, y deja en desventaja a quienes siguen operando a ciegas. Aquí es donde una plataforma como ekatena puede marcar la diferencia.

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Con ekatena puedes:

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- Consultar en un solo reporte la situación fiscal, jurídica y reputacional de clientes y contrapartes, a partir de fuentes oficiales.

- Detectar señales de riesgo relacionadas con listas negras del SAT, cambios societarios recurrentes, juicios y noticias que puedan anticipar problemas.

- Configurar monitoreo periódico para visualizar cuando algo cambie en el perfil de un cliente clave, sin depender de búsquedas manuales.

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Generar evidencia descargable para auditorías internas o regulatorias, demostrando que tu institución sí hizo debida diligencia acorde al nuevo entorno.

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La reforma fiscal no se puede evitar, pero sí se puede enfrentar con mejores datos y mejores procesos.

Las instituciones que tomen en serio la gestión del riesgo fiscal de sus clientes estarán en mucha mejor posición para crecer su cartera sin comprometer su estabilidad ni su reputación.

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